Queridos Angel, Apare, Conchi y chicos del Coro de Santa Lucía:
¿Os acordáis de todas las locas aventuras en las que nos hemos embarcado a lo largo de tantos y tantos años - ¿veinte? – en la parroquia de Santa Lucía?
Hoy, rebuscando entre viejas fotografías, he descubierto una en la que estamos todos, en la balaustrada del templo, vestidos para la obra de Navidad, todos sonrientes tras la representación teatral. Qué recuerdos.
¿Te acuerdas, Angel, de lo nervioso que te pones en los ensayos con los chavales? Y es que cada año es distinto al anterior. Por eso hemos llegado tantas veces a la misma conclusión. Que el hoy no es como el ayer. Ni tan siquiera las ilusiones ni los sueños. Actualmente es muy difícil que la gente se involucre en nada si no está todo hecho de antemano. Pero antes…
¿Os acordáis, Conchi y Apare, de estar en el salón de General Mola viendo películas de Cristo para fijarnos en todos los detalles para la obra que representaríamos durante Semana Santa? En las ropas, en cómo se movían o hablaban, en los decorados…
Este capítulo, con este título tan rimbombante, es para todos vosotros. Para los que nos hemos vestido de época para unas obritas teatrales que veían los nuestros ya fuese en Santa Lucía o en las Divinas Pastoras. Y también para los chicos del coro que afinan las guitarras para que las canciones de ayer siempre estén de plena actualidad.
Como los recuerdos que merecen la pena ser siempre rescatados:
¿Os acordáis de todas las locas aventuras en las que nos hemos embarcado a lo largo de tantos y tantos años - ¿veinte? – en la parroquia de Santa Lucía?
Hoy, rebuscando entre viejas fotografías, he descubierto una en la que estamos todos, en la balaustrada del templo, vestidos para la obra de Navidad, todos sonrientes tras la representación teatral. Qué recuerdos.
¿Te acuerdas, Angel, de lo nervioso que te pones en los ensayos con los chavales? Y es que cada año es distinto al anterior. Por eso hemos llegado tantas veces a la misma conclusión. Que el hoy no es como el ayer. Ni tan siquiera las ilusiones ni los sueños. Actualmente es muy difícil que la gente se involucre en nada si no está todo hecho de antemano. Pero antes…
¿Os acordáis, Conchi y Apare, de estar en el salón de General Mola viendo películas de Cristo para fijarnos en todos los detalles para la obra que representaríamos durante Semana Santa? En las ropas, en cómo se movían o hablaban, en los decorados…
Este capítulo, con este título tan rimbombante, es para todos vosotros. Para los que nos hemos vestido de época para unas obritas teatrales que veían los nuestros ya fuese en Santa Lucía o en las Divinas Pastoras. Y también para los chicos del coro que afinan las guitarras para que las canciones de ayer siempre estén de plena actualidad.
Como los recuerdos que merecen la pena ser siempre rescatados: