Querido Paco:
Primero, gracias por el prólogo. Y por cierto, ¿te acuerdas de lo bien que nos sentaban los pinchos de La Tejera tras las jornadas previas de Semana Santa? ¿Y de cómo comentábamos en el Blues o en el Canela las discusiones que se habían suscitado en las reuniones con el resto de cofradías?
Y es que muy pocos saben del constante trajín que nos llevamos los de la Junta de Gobierno para poder tener una Semana Santa digna y en permanente progreso. Incluso creo que es ya una batalla perdida. Pero en fin. Los de dentro lo sabemos todo muy bien y, a veces, huelgan los comentarios e incluso las explicaciones.
Pero yo quería decirte algo en esta carta al margen de dedicarte todo este capítulo. Y es que, Santander huele a procesión en Semana Santa. Y a muchas otras cosas que explicaré a continuación. Pero también huele a miradas cómplices, a gestos sonrientes y a silencios que lo dicen todo.
Todo esto que te digo, lo hago porque en un momento en que yo estaba de bajón emocional al pensar que todo salía mal porque los humanos no venimos con manual de instrucciones, llegaste tú y confiaste en mí para que fuese el Secretario de la Junta de Cofradías. De una Junta cuyos miembros para la Junta de Gobierno tú designaste para verte rodeado de” gente amiga a quienes el codo con codo y la complicidad fuesen sus verdaderas señas de identidad”.
Este capítulo, en el cual rememoro todos los entresijos de las procesiones, de aquellas imágenes que descubrí con el paso de los años y de todo aquello que se me desveló gracias a ti, es un homenaje muy particular para alguien que quiere dejar de ser presidente pero al que no le voy a permitir que deje de ser mi amigo.
Por siempre, mil gracias:
Primero, gracias por el prólogo. Y por cierto, ¿te acuerdas de lo bien que nos sentaban los pinchos de La Tejera tras las jornadas previas de Semana Santa? ¿Y de cómo comentábamos en el Blues o en el Canela las discusiones que se habían suscitado en las reuniones con el resto de cofradías?
Y es que muy pocos saben del constante trajín que nos llevamos los de la Junta de Gobierno para poder tener una Semana Santa digna y en permanente progreso. Incluso creo que es ya una batalla perdida. Pero en fin. Los de dentro lo sabemos todo muy bien y, a veces, huelgan los comentarios e incluso las explicaciones.
Pero yo quería decirte algo en esta carta al margen de dedicarte todo este capítulo. Y es que, Santander huele a procesión en Semana Santa. Y a muchas otras cosas que explicaré a continuación. Pero también huele a miradas cómplices, a gestos sonrientes y a silencios que lo dicen todo.
Todo esto que te digo, lo hago porque en un momento en que yo estaba de bajón emocional al pensar que todo salía mal porque los humanos no venimos con manual de instrucciones, llegaste tú y confiaste en mí para que fuese el Secretario de la Junta de Cofradías. De una Junta cuyos miembros para la Junta de Gobierno tú designaste para verte rodeado de” gente amiga a quienes el codo con codo y la complicidad fuesen sus verdaderas señas de identidad”.
Este capítulo, en el cual rememoro todos los entresijos de las procesiones, de aquellas imágenes que descubrí con el paso de los años y de todo aquello que se me desveló gracias a ti, es un homenaje muy particular para alguien que quiere dejar de ser presidente pero al que no le voy a permitir que deje de ser mi amigo.
Por siempre, mil gracias: