Queridos compañeros de procesiones:
Con esta breve carta introduzco los dos capítulos siguientes. Y ambos, están plenamente cargados de nostalgia y de recuerdos. Un enorme álbum fotográfico dividido en dos partes para “atrapar el momento” y “el sabor de la vida” respectivamente.
El primero es una colección de diez fotogramas. Los diez carteles más hermosos e influyentes de todos los que ha dado la Semana Santa santanderina.
En el segundo, diez fotografías en las que el protagonista absoluto es el mundo de la Semana Santa de Santander a modo de las instantáneas más curiosas y anecdóticas de cuantas he podido encontrar y evocar.
Con esta breve carta introduzco los dos capítulos siguientes. Y ambos, están plenamente cargados de nostalgia y de recuerdos. Un enorme álbum fotográfico dividido en dos partes para “atrapar el momento” y “el sabor de la vida” respectivamente.
El primero es una colección de diez fotogramas. Los diez carteles más hermosos e influyentes de todos los que ha dado la Semana Santa santanderina.
En el segundo, diez fotografías en las que el protagonista absoluto es el mundo de la Semana Santa de Santander a modo de las instantáneas más curiosas y anecdóticas de cuantas he podido encontrar y evocar.
Huelgan más comentarios. En cada capítulo hay una breve nota introductoria que explica el porqué de esto y de lo otro.
Eso sí, el homenaje es para ti, compañero de procesión, personaje anónimo que, con tu granito de arena correspondiente, has contribuido a que las páginas de este “concierto de recuerdos” se parezca más a una sinfonía que a un adagio.
Gracias por tu generosidad y buen trabajo. Y no olvides que, lleves el hábito que lleves, esta es nuestra Semana Santa. En primera persona del plural.
Gracias de todo corazón: