Querida mamá:
¿Te acuerdas de aquellos abrigos azul marino con botones dorados que nos ponías a los tres para ciertas ocasiones especiales? ¿Y también de aquellos verdugos que nos poníamos en la cabeza para no pasar frío en invierno?
Pues bien. Este capítulo va de recuerdos – aunque todo el volumen sea una recreación de los mismos, este lo es de manera especial –. Y es que aquellas primeras procesiones que veíamos en el Paseo Pereda, y todos juntos como si fuésemos una piña, me descubrieron un mundo que hoy, cuando han pasado los años – como dice el bolero –, han conseguido que se hiciesen realidad.
En aquella época apenas había televisión, y casi todo lo que echaban en Semana Santa eran películas de romanos y sobre la vida de Jesús. Todos nos juntábamos en el salón para verlas antes de que empezara la procesión. Incluso bajaba la prima Ana porque nosotros fuimos los primeros en tener una televisión en color. Qué cosas. Todo aquello que hoy nos parece tan primordial e incluso como algo obvio, que se tiene que dar por que sí, en aquella infancia nuestra, todo esto que hoy es así, a nosotros nos parecía un gran acontecimiento, algo mágico e inolvidable.
Pues eso. Que este capítulo de imágenes, recuerdos y completa revisión de aquellos primeros años, está dedicado a ti. Por aquellas primeras jornadas de Semana Santa y por aquellas películas de romanos que veíamos en ese primer televisor en color que teníamos sobre aquel armario esquinero que nos había hecho el tío Cholo.
Los recuerdos son sentimiento y latidos del corazón. La verdadera señal de que las fotos en blanco y negro están más vivas que nunca.
Gracias por la infancia:
¿Te acuerdas de aquellos abrigos azul marino con botones dorados que nos ponías a los tres para ciertas ocasiones especiales? ¿Y también de aquellos verdugos que nos poníamos en la cabeza para no pasar frío en invierno?
Pues bien. Este capítulo va de recuerdos – aunque todo el volumen sea una recreación de los mismos, este lo es de manera especial –. Y es que aquellas primeras procesiones que veíamos en el Paseo Pereda, y todos juntos como si fuésemos una piña, me descubrieron un mundo que hoy, cuando han pasado los años – como dice el bolero –, han conseguido que se hiciesen realidad.
En aquella época apenas había televisión, y casi todo lo que echaban en Semana Santa eran películas de romanos y sobre la vida de Jesús. Todos nos juntábamos en el salón para verlas antes de que empezara la procesión. Incluso bajaba la prima Ana porque nosotros fuimos los primeros en tener una televisión en color. Qué cosas. Todo aquello que hoy nos parece tan primordial e incluso como algo obvio, que se tiene que dar por que sí, en aquella infancia nuestra, todo esto que hoy es así, a nosotros nos parecía un gran acontecimiento, algo mágico e inolvidable.
Pues eso. Que este capítulo de imágenes, recuerdos y completa revisión de aquellos primeros años, está dedicado a ti. Por aquellas primeras jornadas de Semana Santa y por aquellas películas de romanos que veíamos en ese primer televisor en color que teníamos sobre aquel armario esquinero que nos había hecho el tío Cholo.
Los recuerdos son sentimiento y latidos del corazón. La verdadera señal de que las fotos en blanco y negro están más vivas que nunca.
Gracias por la infancia: