Esta imagen bien que podía haberse incluido en el capítulo “Las imágenes de mi infancia”, porque la marcó, y mucho, desde que acompañaba a mi abuela Julia a la misa dominical en la Parroquia de San Antonio de los PP. Capuchinos. Y es que, he de confesar, este Cristo me daba auténtico pavor, con aquella piel tan oscura, esa túnica negra, ese pelo lacio sobre los hombros, esa expresión tan enjuta, y ese enclave de columnas de mármol en el lado derecho del Altar Mayor… Cada vez que le veía, yo desde uno de los bancos de la nave central, me entraban sudores fríos – y que todo el mundo me entienda bien –. Era como cuando de más pequeño me decían que si no me portaba bien me llevaría el coco. Pues eso, que si no me portaba bien, me llevaban a los Capuchinos para deleitarme con esa obra que ocupaba el sitio de referencia en todas las iglesias regentadas por Capuchinos. Ahí es nada.
Anécdotas infantiles aparte, he de resaltar que esta obra sacra fue realizada en 1947 por Federico Coullaut-Valera Mendigutia, hijo del reputado Lorenzo autor del “Cristo Yacente”, por citar su más que obra maestra, y que por las calles de Santander lo procesiona, desde 1990, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Amor del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, fundada en 1988 y con sede en la Parroquia de San Antonio.
“El Cristo de Medinaceli” ya había procesionado en la Semana Santa de 1948, cuando la Archicofradía de la Merced lo pidió prestado mientras Andrés Novo reformaba por completo a su “Ecce Homo”.
Desde que sale con los del Amor, vuelve a ser objeto de disfrute y deleite de la ciudadanía, máxime teniendo en cuenta que es un Paso que también sale a hombros de varios costaleros.
Fue protagonista del cartel de la Semana Santa de 1993 y al año siguiente, se la sometió a un proceso de restauración consistente en limpieza del busto y manos así como de la reparación de grietas y desconches en su policromía.
Anécdotas infantiles aparte, he de resaltar que esta obra sacra fue realizada en 1947 por Federico Coullaut-Valera Mendigutia, hijo del reputado Lorenzo autor del “Cristo Yacente”, por citar su más que obra maestra, y que por las calles de Santander lo procesiona, desde 1990, la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Amor del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, fundada en 1988 y con sede en la Parroquia de San Antonio.
“El Cristo de Medinaceli” ya había procesionado en la Semana Santa de 1948, cuando la Archicofradía de la Merced lo pidió prestado mientras Andrés Novo reformaba por completo a su “Ecce Homo”.
Desde que sale con los del Amor, vuelve a ser objeto de disfrute y deleite de la ciudadanía, máxime teniendo en cuenta que es un Paso que también sale a hombros de varios costaleros.
Fue protagonista del cartel de la Semana Santa de 1993 y al año siguiente, se la sometió a un proceso de restauración consistente en limpieza del busto y manos así como de la reparación de grietas y desconches en su policromía.