He dejado a este grupo escultórico para el final de este capítulo por un motivo meramente personal, y que es, creo yo, el convencimiento pleno tras muchos años de procesiones, redobles y cientos de horas de acompañar a las que fueron las imágenes de mi infancia por las calles de Santander, de que es este “Cristo de la Agonía” la obra definitiva de nuestra Semana Santa, la obra maestra que, de haber sido película, hubiesen firmado John Ford, Vittorio de Sica y el Luchino Visconti de “Rocco y sus hermanos”, y que al ser talla de procesionar, firmó Daniel Alegre Rodrigo en 1921 (la Virgen la talló entre 1928 y 1929), lo que la convierte – si hacemos caso a las crónicas y los datos históricos y no a los rumores – en la imagen más antigua de cuantas procesionan en Santander.
Ya he ido desgranando anteriormente las grandes tallas con que Daniel Alegre obsequió a nuestra Semana Santa – y si digo “obsequió” es porque el trabajo bien hecho, y esto lo supera con creces, más que encargos son regalos que van envueltos en el papel del talento del artista – tales como “El Cristo del Amor”, la Dolorosa que acompaña a este, o “La Virgen de los Dolores”, verdaderas obras realizadas desde lo más profundo de su corazón. Ahí es nada.
Las crónicas de la época y los viejos programas editados por la Junta de Cofradías de entonces, ya se hacían eco de esta imagen y de la Cofradía que lo procesiona por las calles de Santander:
“El 21 de julio de 1920 fundó esta piadosa Hermandad aquel inolvidable Padre Jambrina, de santa recordación, llegando a conseguir en poco tiempo un número de socios que pasó de los setecientos, de los cuales una gran mayoría asistían solícitos y puntuales a cuantos actos organizaba su dinámico fundador siendo los cultos de la Semana Santa y sus tradicionales procesiones, quizá los más concurridos por todos los hermanos.
No estaba establecida ni se estableció en muchos años, la piadosa costumbre de que cada Hermandad acompañara a su Paso con hábito y capirote al estilo de las otras regiones españolas, ni existían tampoco más imágenes que las pocas que de antiguo se guardaban en algunas de nuestras viejas iglesias, pero hace años que la del Santo Cristo de la Agonía acordó incorporar a nuestras procesiones esas magníficas esculturas llenas de unción que sobre artística carroza recorren nuestras calles en tales días, esculturas en que están admirablemente representados el Santo Cristo de la Agonía y su excelsa Madre la Santísima Virgen. Y como la Hermandad desea hacer bien a las cosas y contribuir al inusitado esplendor que de pocos años acá va adquiriendo nuestra Semana Mayor, desde el pasado año gran número de sus cofrades acompañan reverentes al Señor de la Buena Muerte y su Santísima Madre, cubiertos con severo hábito, cuya austera traza rima bien con las bellísimas imágenes que se veneran en la Iglesia del Sagrado Corazón, de la Compañía de Jesús, de Santander.
Que el Santo Varón, entusiasta fundador de la Hermandad, colme de gracia a cuantos prosiguiendo su magnífica obra, procuran para ella el mayor esplendor posible.
(NOTA: Esta Hermandad está enriquecida con innumerable indulgencias plenarias y parciales, un sin fin de privilegios y goza también de cuantos están concedidos a la de la Buena Muerte. Por falta de espacio, no podemos reseñar una por una, pero cuantos deseen saber el innumerable tesoro de gracias espirituales que perteneciendo a ella se ganan, no tienen más que pedir el folleto que las enumera en la portería de la Residencia de los Padres Jesuitas)
Programa de actos de la Semana Santa de 1948”
Ya he ido desgranando anteriormente las grandes tallas con que Daniel Alegre obsequió a nuestra Semana Santa – y si digo “obsequió” es porque el trabajo bien hecho, y esto lo supera con creces, más que encargos son regalos que van envueltos en el papel del talento del artista – tales como “El Cristo del Amor”, la Dolorosa que acompaña a este, o “La Virgen de los Dolores”, verdaderas obras realizadas desde lo más profundo de su corazón. Ahí es nada.
Las crónicas de la época y los viejos programas editados por la Junta de Cofradías de entonces, ya se hacían eco de esta imagen y de la Cofradía que lo procesiona por las calles de Santander:
“El 21 de julio de 1920 fundó esta piadosa Hermandad aquel inolvidable Padre Jambrina, de santa recordación, llegando a conseguir en poco tiempo un número de socios que pasó de los setecientos, de los cuales una gran mayoría asistían solícitos y puntuales a cuantos actos organizaba su dinámico fundador siendo los cultos de la Semana Santa y sus tradicionales procesiones, quizá los más concurridos por todos los hermanos.
No estaba establecida ni se estableció en muchos años, la piadosa costumbre de que cada Hermandad acompañara a su Paso con hábito y capirote al estilo de las otras regiones españolas, ni existían tampoco más imágenes que las pocas que de antiguo se guardaban en algunas de nuestras viejas iglesias, pero hace años que la del Santo Cristo de la Agonía acordó incorporar a nuestras procesiones esas magníficas esculturas llenas de unción que sobre artística carroza recorren nuestras calles en tales días, esculturas en que están admirablemente representados el Santo Cristo de la Agonía y su excelsa Madre la Santísima Virgen. Y como la Hermandad desea hacer bien a las cosas y contribuir al inusitado esplendor que de pocos años acá va adquiriendo nuestra Semana Mayor, desde el pasado año gran número de sus cofrades acompañan reverentes al Señor de la Buena Muerte y su Santísima Madre, cubiertos con severo hábito, cuya austera traza rima bien con las bellísimas imágenes que se veneran en la Iglesia del Sagrado Corazón, de la Compañía de Jesús, de Santander.
Que el Santo Varón, entusiasta fundador de la Hermandad, colme de gracia a cuantos prosiguiendo su magnífica obra, procuran para ella el mayor esplendor posible.
(NOTA: Esta Hermandad está enriquecida con innumerable indulgencias plenarias y parciales, un sin fin de privilegios y goza también de cuantos están concedidos a la de la Buena Muerte. Por falta de espacio, no podemos reseñar una por una, pero cuantos deseen saber el innumerable tesoro de gracias espirituales que perteneciendo a ella se ganan, no tienen más que pedir el folleto que las enumera en la portería de la Residencia de los Padres Jesuitas)
Programa de actos de la Semana Santa de 1948”